Hoy he tenido un sueño que en mi vida se ha repetido en bastantes ocasiones. No importa cuál es la situación en la que me encuentro ni el momento, sólo que en mi sueño consigo volar. No es un vuelo supersónico como el de Superman ni me siento dotado de una fuerza prodigiosa. Tan sólo que vuelo, que consigo elevarme sobre el suelo con un pequeño impulso, como dando un pequeño salto y ya puedo desplazarme por los lugares donde están las personas sin tener que caminar, pudiendo alcanzar la altura que necesito para ir de un sitio a otro sorteando incluso la altura de los edificios. En mi sueño, normalmente sólo vuelo a la altura suficiente como para no tener la dependencia de caminar o tener que nadar en el agua. Simplemente me elevo y me desplazo viendo que las demás personas están limitadas en sus movimientos sin poder explicarse cómo hago yo para elevarme y desplazarme sin tener la atadura de la dependencia gravitatoria.
Este sueño, con pequeñas variaciones que no sabría recordar muy bien, siempre se me ha presentado en mi vida en determinados momentos sin saber explicar las razones. No voy a entrar en las interpretaciones que a veces he leído sobre este tipo de sueños porque no me parecen relevantes ahora.
Lo que quiero destacar hoy precisamente en el sueño que he tenido es el hecho de que en un momento del mismo, alguien me ha visto y me ha hecho como una fotografía o me grabó con su móvil. No sé si su intención era poder luego utilizarlo para mostrar a los demás que es posible volar. La cuestión es que me sorprendió que lo hiciera, porque hasta hoy nunca en mi sueño nadie se había tomado la molestia de hacerlo. Simplemente la gente me veía y unos pasaban simplemente de ese hecho, otros me observaban con sorpresa y algunos pocos con admiración. Pero ahí quedaba la cosa.
El hecho es que me he sorprendido porque me grabara y mi reacción fue cogerle el móvil para que no pudiese hacer uso de las imágenes. En ese momento me dijo que ya las había enviado por correo y que ya no podía hacer nada, que todo el mundo iba a saber la “verdad” de que había una persona que conseguía elevarse del suelo, desplazarse sin caminar y, en definitiva, volar.
Entonces me sorprendió mi reacción en el sueño ante ese hecho, pues le dije “¿no te has planteado que lo que has visto no sea realmente lo que tú crees que ves? ¿no piensas que lo que estás viendo y viviendo es un sueño tan real que te hace creer que es verdadero, como en la película de Matrix? Y si es así, si esto realmente es un sueño que estamos viviendo, ¿no te planteas que puedes construir en este sueño la realidad que desees?
La persona se quedó sorprendida con mi respuesta hasta el punto que me pareció que empezaba a creer que realmente era cierto lo que le decía. Y en ese momento decidí devolverle el móvil y no darle importancia al hecho de lo que había grabado, sino más bien a que, ante la duda que había puesto en él, empezaban ahora a surgir como posibles que ciertas cosas pudieran ocurrir, como el hecho de que volara.
Y ante esa sensación que tuve le animé a que hiciera lo que yo hacía, a que probara a dar un saltito y a que se elevase sobre el suelo, probando a desplazarse como hacía yo e incluso a volar. Y ante mi alegría, más que asombro, comprobé que así lo hacía. Y otras personas que habían escuchado nuestra conversación se animaban también a hacerlo, aumentando el número de personas que ahora podían “volar”.
La sensación que tuve fue maravillosa, porque pude sentir que realmente lo que estaba viviendo era un sueño, pero un sueño en el que todos los que quisieran podían desarrollar por ellos mismos, desde el convencimiento y fe total, su capacidad para volar.
Mientras todo esto pasaba, yo era consciente de que estaba viviendo un sueño, como tantas otras veces y que al despertar podría comprobar que en la realidad de mi vida no era posible volar. Pero tuve esta vez una idea que me llenó de sorpresa y me dio una sensación de plenitud que antes no había sentido. Porque me dije “¿y si ahora al despertarme lo que realmente hago es ponerme a vivir un sueño que simplemente me parece mucho más real que el que he vivido, si bien no deja de ser un sueño también? ¿Y si pudiese en este momento en el que empiezo a vivir lo que creo que es real y ser como los demás eran en mi sueño, creyera firmemente que lo que vivo es un sueño y me hiciese caso a mí mismo, en lo que antes era mi sueño verdadero donde me decía que tuviese fe en que podría hacer algo a todas luces imposible, como volar, y probase a hacerlo? ¿qué me pasaría si en la vida que considero “real” fuese capaz de tener la fe que en mi sueño tenía de que podía volar y probase a hacerlo de verdad?
Sé que me dirán que por mas que lo crea y lo intente en nuestra realidad física, la que no es un sueño, no puedo volar por mis propios medios dando un saltito y elevándome. Por supuesto. Pero no era eso lo que me llenó de satisfacción, sabiendo que volar no podía hacerlo. Sino el hecho de pensar que si lo que vivo como real es, en realidad un sueño, pero con sus limitaciones físicas, puedo construir con mis pensamientos una forma diferente de volar, que consiste en no sentirme prisionero de cuanto me ocurre pues, si bien físicamente lo estoy porque tengo un cuerpo físico, también puedo “volar” con mis pensamientos de esa realidad y construir una nueva que me haga sentirme más feliz.
Ese ha sido el pensamiento que me ha llenado de gran satisfacción y que hoy quería compartir con vosotros. Porque la realidad, la verdadera realidad es, que somos constructores con nuestros pensamientos, con nuestras creencias sobre la realidad que queremos y deseamos. Y si queremos “volar” con nuestros pensamientos hacia otras realidades que nos hagan mas felices, tan sólo debemos imaginarlas, desearlas y tener la fe absoluta de que se harán realidad. Primero en nuestra mente y luego, paso a paso en nuestro sueño real que viviremos.
Con gratitud