Fernando Moreno dice en su prólogo:
Utilizando su pasión, la música, un vehículo celestial para experimentar alegría y felicidad, no sólo nos deleita con su refinada calidad de compositor, sino con letras que inspiran y conmueven. Disfruto ver cómo fusiona su visión y su misión, integrando además sus hemisferios cerebrales, creando puentes para darnos principios de actuación y melodías con letras que inspiran»