Se acerca un gran momento en mi vida

Se acerca un momento importante en mi vida. Un momento para el gran cambio que he estado esperando y deseando. Hasta ahora todo han sido preparativos, trabajo, reflexiones, ejercicios, prácticas entre amigos, conversaciones con personas que han puesto a prueba mis creencias, mi visión y mi misión o que, por el contrario, me han animado e impulsado a seguir en la dirección fundamental de la vida que he elegido vivir.

Todo cuanto me ha ocurrido hasta ahora no ha sido nada fácil. Llevo desde que vine de Moldavia en febrero del 2011 viviendo un proceso de cambio, de transformación y de encuentro conmigo mismo que me ha llevado a descubrir mi Visión y mi Misión. Pero ese proceso ha sido largo, complicado en muchas ocasiones, con momentos de gran claridad y felicidad interior sintiendo la fuerza del camino que he visto que quiero recorrer. Pero también con momentos de grandes dudas, de miedos, de tristeza, de soledad de inseguridad.

En todo el proceso no he dejado de hacer aquello que mis maestros me han enseñado y la vida me ha hecho aprender: practicar cada día con fe, con paciencia, con perseverancia, con prudencia, con pasión, con precisión, mis ejercicios físicos, mi respiración, mi alimentación, mi meditación para dejar mi mente vacía y para luego llenarla de los mejores pensamientos, de las ideas más poderosas que me pudieran llevar a materializar mi gran deseo que no es otro que tener una vida extraordinaria, llena de sabiduría, pasión y AMOR. 

Durante ese tiempo pude escribir mi libro que terminé en apenas 3 meses. Y compuse muchas de las canciones que forman ahora parte, junto con el libro,  de lo que quiero sea mi contribución para que los demás puedan apoyarse en mis vivencias y creencias para ayudarse a ellos mismos a ser mejores personas. No soy en absoluto pretencioso, porque no me siento mejor que nadie. Pero sé que lo que a mí me ha ayudado, también puede ayudar a muchas personas. Por eso siento que debo compartirlo con los demás y por eso voy a dar un gran paso en mi vida.

Sé que han sido 16 meses largos e intensos. Mucho o poco tiempo según se vea para qué o se miren los resultados obtenidos. Para mí es mucho tiempo si tengo en cuenta lo duro del camino. Pero si pienso que sólo han sido los preparativos para la nueva vida que quiero vivir, siento que todavía no estoy preparado. Pero ya no lo decido yo. Porque hubiese querido presentar ya los resultados de mi trabajo. Pero el Universo tiene otros planes y ha hecho que las cosas se retrasen, por supuesto para bien.

Si el tiempo es relativo, como sabemos, qué importa cuánto tiempo tarde en hacer aquello que va a hacerme feliz, si ya estoy disfrutando con el proceso y sé que todavía será mayor mi felicidad cuando pueda compartir con los demás el fruto de mi trabajo y mi transformación. Si he vivido, como digo, 58 años buscando un sentido a mi vida, ¿qué importa esperar un poco más si ese sentido, por fin, ya forma parte de mi vida y sólo me queda que ir materializándolo poco a poco en los siguientes años que me queden por vivir?

Queridos amigos y amigas que me leéis ahora. Tened presente que no importa cuánto tiempo tardamos en encontrar nuestro camino, nuestro sentido a la vida, nuestro leit-motiv, nuestra motivación para vivir y hacer lo que nos haga verdaderamente felices, porque para eso hemos venido a este mundo: para aprender y experimentar, para amar y compartir, para crecer y contribuir. Por eso, nuestros errores, nuestros fracasos, no son tales si aprendemos con ellos y avanzamos hacia nuestro destino con el firme convencimiento de que al final de nuestras vidas habrá valido la pena vivir y experimentar todo cuanto hemos hecho.

Ahora empiezo a sentir, por una parte, la alegría del momento de la verdad. El momento en el que, como todo misionero, voy a llevar a cabo mi misión que no es otra que darme a los demás a través de mi libro y mis canciones para que puedan, como yo, experimentar la felicidad a través de los principios que nos han sido dados a lo largo de los siglos. Pero también, por otra parte, siento una emoción poderosa donde se mezclan la duda, la inseguridad, el temor y la ansiedad, al pensar cómo recibirá el público mi mensaje. Pero sé que, como los toreros cuando salen al ruedo, todo quedará a un lado dando paso en el momento preciso a la verdad de experimentar mi gran pasión: cantar.

No tengo prisa, ya sé ser paciente, aunque perseverante. Por eso quiero que mis canciones estén bien grabadas, que suenen de maravilla. Si habéis escuchado las canciones que están en mi web os podréis hacer una idea de cómo quedarán. Pero el proceso de convertir una canción en algo maravilloso no es sencillo. Porque no es lo mismo componer una letra y una música con la guitarra y cantarla acompañado sólo por este instrumento, que hacer toda una orquestación de cada canción para expresar mejor con todos los recursos sonoros lo que se desea. Pero ya falta menos. Y cuando todo esté listo, será el momento de mi verdad, de descubrir si todo mi esfuerzo, como pienso y deseo, ha valido la pena.

De vosotros y de vosotras será la respuesta, que esperaré y agradeceré siempre.

Con gratitud