Seré más feliz cuando me haga mayor

¿Tendré que esperar a ser mayor para ser FELIZ?

Un estudio analizó los factores que influyen en el bienestar de las personas y encontró que tiende a crecer con el tiempo y varía con cada generación.

Recientemente se ha publicado una información obtenida a través de dos amplios trabajos: el Estudio Longitudinal de Envejecimiento de Baltimore realizado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIH en inglés) y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés), en Estados Unidos.

Quien ha publicado la información ha sido la revista” Psychological Science” de la Asociación para la Ciencia Psicológica (APS en inglés), afirmando que “los sentimientos de bienestar aumentan a medida que la persona va envejeciendo y que el nivel de satisfacción varía de acuerdo a la época en que nació”. 

Siempre se ha considerado que el equilibrio emocional, las buenas relaciones interpersonales, la buena salud, el  amor pleno y sincero, el éxito profesional, la abundancia y riqueza, la  paz y la tranquilidad,  el bienestar y el confort eran factores que determinaban la calidad de vida de una persona y, en definitiva su “felicidad”. Así se ha venido reconociendo tras numerosas investigaciones científicas y libros de psicología.

Sin embargo, hasta el estudio reciente al que hacemos referencia, no quedaba tan claro si realmente todas esas emociones y estados anímicos cambiaban  con los años a mejor o peor. Siempre se ha dicho que la etapa más feliz del ser humano es la infancia. Pero igual no todos los niños piensan lo mismo ni los adultos cuando repasan cómo fue su infancia. Ahora parece ser que la felicidad viene a estar relacionada con una serie de emociones que, con el transcurso de la edad, podemos controlar y aumentar, logrando así el estado de felicidad deseado.

Los autores de la investigación concluyeron esto después de revisar 10.000 informes sobre el bienestar y el estado de salud de personas mayores de 30 años.  Una vez el grupo de científicos finalizó el análisis de los datos de los participantes, evidenció que los adultos mayores tenían bajo nivel de satisfacción en comparación a los de mediana edad y los más jóvenes. Sin embargo, volvieron a analizar la misma información teniendo en cuenta la época en que había nacido cada uno de los encuestados y encontraron otra tendencia: el nivel de bienestar aumentó periódicamente a lo largo de sus vidas. Esto se mantuvo incluso después de separar factores particulares como el sexo, la raza, el nivel de educación y el estado de salud de cada uno. 

La psicóloga de la Universidad del Estado de la Florida Angelina R. Sutin, coautora del estudio, y sus colegas encontraron que quienes nacieron entre 1885 y 1925 registraron bajos índices de satisfacción en sus primeros años de vida en comparación con quienes nacieron un siglo después. La conclusión que sacaron al ver esta tendencia es que la prosperidad económica y las mayores oportunidades de estudio que hubo en la segunda mitad del siglo XX favorecieron a las nuevas generaciones para sentir mayor bienestar. 

No obstante, los autores del trabajo señalaron que esta condición puede verse afectada en el futuro debido a que la generación de jóvenes adultos de la actualidad tiene el desafío de enfrentarse a los altos niveles de desempleo y a una sobrecarga laboral.

Además, la crisis económica que azota al mundo desde 2008 y que aún sigue causando estragos, puede incidir negativamente en los niveles de felicidad y su tendencia a crecer periódicamente.