Nada pasa por casualidad, sino por causalidad. No me canso de repetirme esta frase una y otra vez. Y cuando me encuentro con situaciones, personas, emociones, pensamientos … me pregunto por qué precisamente me vienen o me ocurren esas cosas en esos precisos momentos.
Hace unos días me encontré con un astrólogo al que acudí por referencias de un amigo que me lo aconsejó. Nunca creí en esas cosas, si bien he de admitir que les he tenido gran respeto. Porque he aprendido que lo que no conozco debo respetarlo al menos y no caer en la afirmación del ignorante que desde su posición todo lo rechaza o, a lo que es peor, lo juzga como malo o nada válido.
En otra ocasión me referiré a esta experiencia. Porque lo que ahora quiero resaltar es que al conocernos y contarle lo que quiero hacer y ya estoy haciendo, me habló de Facundo Cabral. Claro que había oído canciones de este autor argentino y conocía un poco de él. Pero con la facilidad que nos da internet para buscar información (todo tiene su lado bueno y malo a la vez, depende del uso que hagamos) me puse a saber más de este cantautor.
Hoy quiero dedicarle mi sencillo homenaje a Facundo Cabral. Pueden ustedes obtener mucha más información de él en wikipedia, por supuesto, o accediendo a la web www.facundocabral.info .
Rodolfo Enrique Cabral nace en La Plata (Buenos Aires) el 22 de mayo de 1.937 y “muda” de esta vida, como él mismo decía, el 9 de julio de 2011 en Guatemala. Se llamaba artísticamente en su comienzos “Indio Gasparino” y luego ya Facundo Cabra. De él se dice que se caracterizó por sus composiciones de trova y sus monólgos con anécdotas personales, parábolas, crítica social para promover la autorrealización, el despertar de la conciencia y la reflexión espiritual.
Me impresiona especialmente su vida, llena de enormes dificultades en su comienzos y observar cómo aparecen “causalidades” que van a provocar en él la forja de su carácter y la posibilidad de que alcanzara su destino, del que, por supuesto no era consciente al nacer. Cuántas veces nos preguntamos cuál es nuestro destino, seguramente tratando de justificar nuestra manera de ser o cuanto nos ocurre. Y no nos damos cuenta que el destino puede estar escrito, pero las vidas que vivimos para alcanzarlo las tenemos que descubrir por nosotros mismos y hacer que llegar a nuestro destino pueda ser una tarea más ardua, larga y difícil o, por el contrario, un verdadero placer de autodescubrimiento.
Lo maravilloso de ver, leer, oir a Facundo Cabral es observar cómo no son los conocimientos que uno adquiere a lo largo de la vida lo que le hace más o menos sabio, sino la capacidad de aplicar parte de esos conocimientos en los momentos adecuados para hacer que la vida sea un maravilloso viaje que valga la pena vivir.
Se habrá escrito muchos textos sobre la depresión, se habrá investigado muchísimo desde la farmacología, la psiquiatría, la medicina, la bioquímica, la neurología y demás ciencias. Pero he de admitir que la claridad, la sencillez y la fuerza con que Facundo Cabral nos deleita en su texto titulado “No estás deprimido, estás distraído” no tiene parangón para mí.
Quiero regalaros, para quienes no lo conozcáis, una parte de dicho texto. Sus comienzos. Para quienes lo deseéis, sólo tenéis que visitar http://www.facundocabral.info/literatura-texto.php?Id=87 para poder acceder al texto completo. Y si buscáis más en internet podréis escuchar su voz profunda y su cadente expresión del mismo texto.
Empieza así:
“Distraído de la vida que te puebla, tienes corazón, cerebro, alma y espíritu… entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado.
Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones, además no es tan malo vivir solo; yo la paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad, me conozco, algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a Shopain a los noventa por sólo citar dos casos conocidos.
No estás Deprimido, estás Distraído…
Por eso crees que perdiste algo lo que es imposible porque todo te fue dado, no hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada además la vida no te quita cosas, te libera de cosas, te aliviana para que vueles más alto para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas, problemas son lecciones y la vida es dinámica por eso está en constante movimiento, por eso sólo debes estar atento al presente, por eso mi madre decía “ yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios ” por eso Jesús decía “ El mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán ”.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó porque para allá vamos todos, además lo mejor de él, El Amor, sigue en tu corazón.
Quién podría decir que Jesús está muerto, no hay muerte, hay mudanza y del otro lado te espera gente maravillosa, Gandhi, Michelángelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre que creía que en la pobreza está más cerca el amor porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja porque nos hace desconfiados.”
Espero que os sirva de ánimo en los momentos en los que las fuerzas os flaqueen y no veáis con claridad el sentido de las cosas que hacéis o lo que os pasa. Espero y deseo que nos os desesperéis y que sigáis perseverando con la firme fe de que al final todo habrá valido la pena.
Con gratitud
Tomás Contell