Un año nuevo alternativo

El pasado 31 de diciembre elegí dejar el año 2013 y entrar en el 2014 de una manera diferente, alternativa a cuanto había hecho en mi vida. Y todo surgió de forma causal, como siempre digo.

No me ha importado celebrar en la más estricta familia, e incluso sólo en compañía de mi hijo pequeño Filipp, las pasadas nocheviejas, porque siguen siendo fechas de familia para mí. Y en mi memoria sigue estando el recuerdo de mi abuela, la única que conocí, que fallecío en fecha tan señalada de accidente.

Pero, pese a todo, la celebración siempre habia estado marcada por los ritos de siempre, los que esta sociedad marca como los habituales, los tradicionales. Esos que, de no hacerlos, te hacen sentirte extraño, ajeno a lo que todo el mundo celebra, provocando en tí el sentimiento de que algo no irá bien en ese año si no haces lo que aconsejan hacer. Es la superstición llevada a la más fina y exquisita estupidez.

Y decidí hacer algo alternativo, diferente, dejándome llevar por el corazón. Pero desde lo más profundo. No desde el corazón manipulado por los demás, sino desde la esencia del corazón mismo. Y éste me decía que debía empezar a romper con aquellas cosas que ya había comprobado que, siendo más de lo mismo, seguían aportándome los mismos resultados: sensación de vacío después de la falsa y efímera orgía de jolgorio, fiesta, gritos, risas y euforia desmedida por contagio.

Y acudí a un encuentro alternativo organizado por la Red Sostenible y Creativa www.sostenibleycreativa.org donde me anticipaban una forma diferente de despedir y entrar en el año nuevo 2014. Y así fue. La manera de compartir la cena, de disfrutar de lo que cada uno había cocinado o aportado para ofrecerlo a los demás no fue muy diferente de lo que otras veces había vivido con otros grupos de personas. Pero me gustó el verme acogido por gente que no conocía de nada si bien sabía que esas personas tenían en común conmigo una manera de ver este mundo y sus deseos de vivir una nochevieja y año nuevo diferentes.

Cenamos y, después de una breve tertulia, les propuse que escucharan algunas de mis canciones. Y recibí su gratitud, si bien no era eso lo que buscaba, sino poder disfrutar de lo que me hace feliz que es ofrecer mi talento. Y ellos me ofrecieron sus aplausos y su aprecio.

Pero lo más interesante estaba por llegar, pues nos dirigimos para celebrar los momentos de transición de un año a otro al Oratorio que está en el Espai Verd http://youtu.be/DULTGrarrwY. Conocí a Antonio Cortés Ferrando, su arquitecto y me comentó algunas historias relacionadas con la construcción del edificio y sobre las actividades que en el mismo oratorio se habían celebrado, como los encuentros entre religiones y las lecturas de textos sagrados de las mismas compartidas por todas ellas.

Y allí, en silencio, en meditación, sentimos el paso de lo viejo a lo nuevo. Fuimos dejando en nuestra consciencia que llegaran los recuerdos, las imágenes, las personas, las vivencias, los sonidos, las sensaciones de todo cuanto nos había ocurrido a cada uno a lo largo del 2013 y sentimos, desde el mismo silencio y la meditación, cómo entrábamos en el 2014 con todo lo que deseábamos que trajera consigo.

Apenas oíamos a lo lejos los sonidos de algunas personas celebrando la entrada de año. O las tracas que se encendían por su celebración. Y el grupo, en silencio, seguíamos recibiendo con gratitud y esperanza los primeros minutos del recién llegado año.

Después, desde la tranquilidad, la paz y la armonía, fuimos expresando lo que a cada uno de nosotros nos inspiraba la experiencia vivida. Y luego, con una sola palabra, fuimos desgranando cada uno, como cada una de las 12 uvas que no necesitamos tomar, lo que sentíamos. Y llenamos nuestro espacio y nuestros corazones con las mejores emociones, las palabras más poderosas cargadas de fuerza, poder y vida para regalarnos y regalar a este mundo los mejores de nuestros deseos: fraternidad, amor, beatitud, plenitud, grandeza, sinceridad, cariño, inspiración, paz, generosidad, compartir, salud, felicidad, entrega, superación, armonía, dicha, gozo, bienestar, …

Y así, con cada palabra, con cada idea, con cada emoción expresada, entramos en este año nuevo 2014 que para muchos va a ser un año de materialización de grandes cambios, de grandes transformaciones, del paso definitivo hacia lo nuevo. Y no porque lo viejo deja de servir, que también es así, sino porque en los corazones de muchas personas se ha despertado una nueva consciencia, una nueva forma de luchar y vencer a todo lo negativo que en los últimos siglos nos ha rodeado. Una forma pacífica, revolucionaria y total de entender a la humanidad desde la más profunda solidaridad y fraternidad.

Que así sea, porque cada vez somos más quienes así nos lo proponemos.

Con gratitud